Para los docentes de educación superior, la marca personal y la autoestima están estrechamente vinculadas y sustentan su desempeño académico y pedagógico. Cisneros (2019) subraya que una marca personal bien desarrollada contribuye a que los profesores se perciban como referentes y modelos integrales ante sus estudiantes, lo que fortalece su seguridad y compromiso en la enseñanza. Esta identidad visible y reconocida en el ámbito educativo genera un ambiente de confianza que favorece el aprendizaje colaborativo y participativo.

El desarrollo de la marca personal en docentes también es una competencia profesional clave que impacta directamente en la calidad educativa. Flores y Portilla (2024) destacan que la competencia en personal branding permite a los profesores posicionar sus conocimientos y experiencias de forma efectiva, promoviendo un rol activo y reconocido en la comunidad académica, lo que incrementa su autoestima y sentido de pertenencia institucional.